El estilo escandinavo o nórdico es uno de los preferidos por millones de personas hoy en día, dentro de los distintos estilos de decoración de interiores y no solo por la popularidad de espacios como IKEA, sino porque realmente se trata de un estilo decorativo sencillo, bonito, contemporáneo y funcional. Además, la llamada estética “scandi” tiene un atractivo moderno de mediados de siglo que encaja perfectamente con el movimiento minimalista y con la demanda de muchas familias modernas, que no es otra que la de decorar espacios de manera práctica, sin renunciar a que una casa sea verdaderamente vivida por miedo a entorpecer la decoración.
Y por si esto fuera poco, el estilo nórdico también es lo suficientemente flexible como para poder combinarse con otros estilos, como el vintage o el moderno, así como para incluir una gran variedad de gamas de color, yendo mucho más allá del blanco, el gris o el haya. Pero aunque se trate de un estilo sencillo también tiene sus claves, así que echa un vistazo a todo lo que te proponemos a continuación para darle a tu casa ese toque nórdico que tanto te gusta.
Decoración nórdica, un estilo siempre “top”
La estética nítida y clara que brindan los interiores de estilo nórdico llenan de calma y de paz, y eso es algo que la gente busca cuando vuelve a casa y puede descansar en ella tras una dura jornada de trabajo. Por eso el interiorismo de estilo nórdico hace tiempo que se instaló en el mundo de la decoración para quedarse y suele tener resultados tan perfectos a nivel estético y práctico.
Surgido en la década de los ’50 en los países nórdicos, este estilo decorativo brindaba esa necesidad existente en países tan fríos de poder encontrar en un hogar un ambiente acogedor, apacible y lo más luminoso posible frente a los días grises del exterior. Y en efecto lo consigue, porque este estilo decorativo juega como ningún otro con la asociación del blanco, y demás tonos neutros y claros, así como con texturas cálidas y rústicas propias también de los días de verano como el lino. Al conjunto se añade también siempre con éxito ese toque de madera natural propio de los refugios tradicionales de montaña, que emanan siempre sensaciones tan agradables y confortables propias del invierno.
Claves para decorar al más puro estilo nórdico
- Oda a la naturaleza: ramas, piñas, troncos, cuernos, pieles, vigas o estantes de madera rústica…el estilo nórdico no solo se caracteriza por el uso del color blanco, sino que la decoración y los demás elementos que se añadan también tienen que cumplir unas determinadas normas o estilos. Y si algo caracteriza al estilo nórdico además de los colores claros, es el uso de accesorios que nos recuerden a la naturaleza: los textiles puros, los adornos como las mariposas o las casitas de pájaro, la piedra, el mimbre y el ratán, el macramé, las cajas de fruta de madera reciclada, unas tumbonas de estilo campestre…Busca los elementos que más te gusten y convierte tu salón o tu habitación de estilo nórdico en una oda a la naturaleza.
- Materiales y tejidos nobles: los tejidos rústicos y las maderas nobles son el complemento perfecto y necesario para dar con ese estilo decorativo tan típico de los países nórdicos. El roble, el haya, el abedul, la lana, el algodón, el lino…son todos elementos que permiten cumplir con ese gusto por la naturaleza tan característico de este estilo, y juega a romper con el simplismo del blanco creando contrastes impresionantes que dotan de calidez y de personalidad a cada estancia.
- Geometría y orden: la geometría está muy presente en el estilo nórdico, y no solo en estampados de alfombras o cojines y juegos de cama, sino también en la simplicidad del espacio a la hora de decorar, en la limpieza de las líneas, en el orden…Y es que la sencillez es la clave en la decoración nórdica, sin sobrecargas de ningún tipo, pues las líneas depuradas invitan a esa sensación de paz, calma y confortabilidad que desde un principio reivindicó este estilo decorativo de los países del norte.
- Variedad y mezcla: la madera, junto al color blanco, es probablemente la mayor seña de identidad del estilo nórdico, aunque siempre en sus tonalidades más claras. Por eso, para cuando tengamos dudas sobre qué tipo de madera sería la más adecuada en una decoración nórdica, tan solo deberemos pensar en las especies más habituales de árboles y bosques del norte, que son: el haya, el roble, el pino o el arce, y así sabremos cómo acertar a la hora de elegir el suelo o la mesa más adecuados. Y por supuesto está permitido mezclar, no solo entre maderas sino con otros materiales como la piedra, al igual que ocurre con los textiles, donde en la variedad y apuesta de estilos como el lino, la lana o la piel está el verdadero éxito de la decoración nórdica.
- Protagonismo al blanco: en los países nórdicos los inviernos pueden llegar a ser muy duros y con una importante ausencia de luz, y es por eso por lo que siempre se consideró necesario dar protagonismo decorativo al blanco, puesto que es el tono que permite un mayor nivel de incidencia de la luz. Esta tendencia y gusto por el blanco es hoy en día muy popular a nivel internacional, especialmente en las grandes ciudades, donde el escaso número de metros cuadrados pide a gritos un mayor nivel de luminosidad interior. En este sentido el blanco puede ser un acierto tanto para paredes como para otros elementos como los muebles, o más decorativos como unas bonitas láminas para la pared.
- Colores pasteles: en cuanto al color, debes tener presente que el blanco es el protagonista, pero no el único color posible para una decoración nórdica. Prueba a jugar con los colores pasteles como el azul o el rosa si el blanco te aburre, e inspírate con ellos en las demás claves del estilo nórdico, como es la variedad, la mezcla o la geometría, para dar con el espacio ideal sin perder en belleza ni luminosidad.
- Accesorios étnicos: el estilo nórdico y el llamado estilo “boho-chic” se dan continuamente la mano, y en ambos es fácil encontrar múltiples detalles étnicos con los cuales conseguir ese toque maravilloso final en un conjunto decorativo. Alfombras y cojines de estilo marroquí, pufs de estilo bereber, tejidos kilim típicos de Asia central, tapices, cabezas de ciervos y búfalos, percheros con cuernos…De nuevo se trata de reivindicar accesorios y elementos propios de la naturaleza o puros por su tipo de fabricación manual, por la riqueza de los tejidos, etc.
- Flores y plantas: si el estilo nórdico muestra un gusto preeminente por la naturaleza y por los elementos que proceden de ella, como la madera y las fibras naturales, no pueden faltar en una decoración nórdica las flores y las plantas, y si es en tonos verdes, blancos o terrosos mucho mejor. Incorpora algunas macetas al salón e innova saliendo de las esquinas y dándoles un lugar destacado a las macetas, como por ejemplo al lado del sofá. Y si dispones de poco espacio no te preocupes, porque una buena forma de incorporar las plantas puede ser el uso de jardines verticales o de macetas colgantes, las cuales encontrarás en muchos estilos adecuados como el macramé.
- Fotos y láminas: ilustraciones, fotografías, cuadros de diseño y de pintores famosos…, todo es válido para romper el blanco de las paredes de forma elegante y bonita. Prueba a enmarcar tus frases o fotos favoritas en marcos negros con paspartú blanco, o busca ilustraciones de animalitos o bosques para tus peques que sirvan para dar vida al estilo nórdico en su habitación. A la hora de colocarlos recuerda que la geometría y el orden son fundamentales en este estilo decorativo, y si prefieres innovar, apóyalos sobre muebles auxiliares o colócalos por tamaños sobre unos prácticos estantes de madera.