“Hacer vida” en la cocina es uno de los deseos más comunes en todo aquél que se plantea estrenar casa, lo que implica irremediablemente destinar un espacio para comer en ella.
El problema es que con el espacio menguante de los pisos y apartamentos urbanos cada vez resulta más común encontrar cocinas pequeñas en las que difícilmente entra un office hecho y derecho, con su mesa redonda o rectangular y espacio suficiente para al menos 4 sillas.
Sin embargo, por pequeño que sea el espacio destinado a la cocina, siempre puede diseñarse de tal forma que podamos reservar un área para desayunos, comidas o cenas ligeras: para eso se inventó la barra americana. Ésta debe su nombre a la influencia de las casas de Estados Unidos, en las que lo habitual es encontrar la cocina abierta al salón (independientemente de su tamaño) y en la que la barra ejerce de elemento visual separador de espacios.
Una barra americana suele tener poco fondo (unos 45cm) y una altura superior a una mesa normal (75cm), pues suele tener continuidad con la encimera de cocina (90cm). Por eso suele ir acompañada de taburetes elevados en lugar de sillas corrientes.
¿Cómo colocar una barra americana en la cocina? Pásate por Docrys&DC y te diremos cual se adapta mejor a tu espacio. Aquí te dejamos un adelanto:
Bajo la ventana
Disponer de muebles de cocina bajo la ventana suele tener el inconveniente del incómodo acceso y limpieza a ésta, especialmente si tendemos la ropa a través de ella. Por eso, colocar la barra bajo ella resulta ideal: no sólo porque comer frente a la luz es más agradable que frente a una pared, sino porque al tener menos fondo nos resultará más cómodo el manejo del ventanal y además evitaremos las incómodas esquinas de los muebles de cocina. Si además tienes que colocar un radiador, el bajo barra resultará el sitio perfecto.
Frente a la ventana
Si no tienes posibilidad de colocar la barra bajo la ventana, intenta al menos situarla frente a ella de forma que comas con vistas al exterior. Puedes aprovechar para colocar muebles de cocina por un lado y los taburetes por el otro.
La barra como elemento unificador
En pisos pequeños es casi obligado unir la cocina al salón para ampliar el espacio visual y evitar agobiantes tabiques. La barra en estos casos suele formar parte de la encimera, colocando los taburetes en la zona de estar en lugar de dentro de la cocina, jugando un papel de transición entre la cocina y el salón. En pisos muy pequeños esta barra encimera puede actuar de comedor por sí misma evitando la colocación de una mesa añadida que quitaría espacio a la zona de estar.
En estos casos de apertura total, se recomienda que el suelo sea el mismo tanto en cocina como en la zona de estar para potenciar esa unión entre ambas zonas.
La barra como elemento separador
Las cocinas abiertas al salón resultan ideales para ampliar espacios, pero a algunos les incomoda una apertura total. Si estás entre ellos y quieres mantener tu cocina abierta pero delimitando bien las zonas, prueba a crear un marco alrededor (ya sea con pladur o con el propio mobiliario) y coloca la barra entre ellos para “cerrar el donut”.
Otra opción, siempre con el mismo objetivo, es crear un murete por la zona inferior que separe ambos espacios y colocar la barra encima, ejerciendo el propio muro como soporte.
Barras isla
Si disponemos de una cocina en un solo frente, podemos aprovechar la apertura al salón para colocar una estética barra entre ambas zonas a modo de isla. Este tipo de barras tienen forma de U invertida y están abiertas por la zona inferior (es decir, no incorporan muebles por el otro lado), lo que las hace muy cómodas para comer, al poder estirar completamente las piernas.
Además, permiten guardar los taburetes completamente por debajo cuando no se están utilizando (lo que deja libre el espacio a su alrededor para circular libremente) y admiten comer por ambos lados.
Barras en península
Si tenemos una cocina en forma de L y queremos abrirla al salón, podemos aprovechar el extremo más cercano a éste para continuar la encimera y sacar la barra como si de una península se tratara. Si en medio del tabique te encuentras un pilar, aprovecha para dejar la columna vista y marcar el territorio de la barra.
Saliendo de la pared
Una de las opciones más habituales es sacar una pequeña barrita desde la pared. Normalmente da para dos taburetes y es ideal para micropartamentos en los que no cabe una mesa de comedor.
Esta solución también es adecuada para cocinas que aunque estén cerradas, necesiten un espacio de apoyo adicional que sirva de superficie de trabajo o para pequeños desayunos.
En un trozo de encimera
También es habitual es crear una barra en un trozo de encimera bajo el que no coloquemos muebles. Esta opción resulta ideal en aquellos casos en los que queremos dejar el hueco para poner un futuro electrodoméstico o bien porque haya que sortear algún espacio para colocar un radiador. La barra se convierte así en un “trozo” de encimera que continúa a ambos lados como zona de trabajo.