En la decoración de interiores, la cocina es uno de los espacios que más protagonismo cobra dentro de la casa. Las actividades cotidianas, el posicionamiento de las relaciones sociales y el mundo de la buena gastronomía cada vez más al alcance de las personas, hace que los diseños para estas zonas adquieran un carácter sumamente importante.
Las cocinas adquieren un valor agregado cuando los colores, diseños y distribuciones conjugan la personalidad del cliente con el día a día que cada uno lleva a cabo.
Dentro de esta amplia variedad de diseños, últimamente las cocinas oscuras se posicionan como un elemento muy solicitado. Además, considerando que cada vez es más común vivir en pisos pequeños, donde las áreas de la vivienda se fusionan, uno de los estilos más buscados es el de tipo loft industrial, donde denota la exposición de los materiales en su estado natural, fusionando lo rústico de las fábricas en piedras oscuras, ladrillo, el acero y el hormigón estructural, y lo sutil y elegante de maderas, granitos y metales brillantes.
Los colores oscuros en general y el negro en particular suelen relacionarse a sensaciones de elegancia y sofisticación. Transmite limpieza y modernidad y con una buena combinación de colores con el resto de la estancia, puede resultar como un elemento visual primordial dentro de la vivienda. Muchas veces el color negro se asocia erróneamente con espacios cerrados o pequeños, de acceso no tan cotidiano, mientras que por su parte se asocian las tonalidades en claro para sensaciones de amplitud. Es por ello que quizás anteriormente el uso del negro siempre ha sido mayormente evitado para las cocinas, por temor a transmitir una sensación de agobio y encierro en un espacio claramente opuesto a ello.
Ciertamente, en las teorías del color, este concepto es válido pero si se logran combinar ciertos muebles en negro con elementos y colores capaces de transmitir brillo a la estancia, no debería quitarle fuerza y personalidad que el mismo color transfiere.
Ejemplo de ello es la combinación de negros con maderas claras, opción que otorga un contraste único de combinaciones y texturas. Además, la fusión entre la uniformidad del color oscuro, con suelos tipo mosaicos o elementos metálicos tales como la campana o el fregadero, conceden a la cocina un acabado excepcional. También destacan las fusiones entre muebles oscuros y encimeras claras, con algunos destellos brillantes.
Siempre es importante conjugar este estilo con una iluminación óptima: si se dispone de una buena fuente de iluminación natural, lo ideal es permitir que estas sean de la mayor dimensión posible, disponiendo de grandes ventanas o cerramientos visuales permeables. Por su parte, en la iluminación artificial interna pueden predominar los tonos cálidos, otorgando así un tono de sofisticación y cobijo en áreas de permanencia; siempre y cuando se equilibren con zonas de iluminación frías principalmente en las áreas de trabajo, ya que un exceso de tonos cálidos puede generar un ambiente muy sombrío y que transmite encierro.