Poner una barra en la cocina para tomar el desayuno o para relajarse de forma sencilla, es una opción que cada vez toman más personas, no solo por el espacio que permite ahorrar con respecto a poner una mesa más grande y tradicional, por ejemplo, sino también por ese toque moderno y desenfadado que puede aportar a todo el conjunto de la cocina.
¿Cuál es la altura correcta para una barra de cocina?
En general, a la hora de hablar de barras de cocina, se manejan dos tipos de medidas: una estándar (barras habituales de desayuno) y otra de más altura (barra tipo bar). La medida de la cocina estándar (para el mueble) sería de unos 90 centímetros de alto, y la medida de una barra de cocina en altura o barra para bebidas sería de unos 105 a 110 centímetros como máximo, es decir, 15 o 20 centímetros por encima de la marca que nos define la encimera principal de la cocina.
Si queremos utilizar la barra de cocina para tomar algo sobre ella conviene que el taburete elegido se adecúe a esta altura, así si tenemos una barra de cocina entre los 90 y los 110 cm, lo recomendable será un taburete de entre 60 y un máximo de 85 cm de altura con el fin de tener una correcta ergonomía y comodidad (obviamente esto también dependerá de la estatura de quien habitualmente use la barra de cocina)
¿Para qué sirve una barra de cocina?
Una barra de cocina nos permite seguir una serie de rutinas diarias, como por ejemplo desayunar o tomar un café a media tarde, de una forma cómoda pero al mismo tiempo desenfadada, porque no requiere de la preparación de una mesa o de la inclusión de un mantel. Por eso disponer de una barra de cocina es algo muy útil para personas que tienen un ritmo acelerado de vida o que disponen de poco tiempo para dedicar a esas necesidades y placeres como puede ser el de disfrutar de un rico té con unas pastas en plena tarde. Pero no solo eso, porque una barra de cocina también puede ser muy útil para que los niños pequeños puedan desayunar o comer sin distraerse ni eternizarse demasiado, o para servir un delicioso aperitivo y algo de beber a alguna visita o fiesta de amigos.
Una barra de cocina tiene que ser práctica, por lo que de nada serviría abarrotar todo el espacio disponible con una, ya que se trata de buscar esa funcionalidad y dinamismo que el día a día a veces requiere. Pero una barra también puede ser bonita y hacer que toda la cocina destaque por su elegancia y modernidad. La clave está en contar muy bien siempre con el espacio del que se dispone y buscar un rinconcito o una pared que se pueda adecuar a la barra y que esta tenga una capacidad de unas dos o tres personas a lo sumo.
Recuerda también que una barra de cocina no quita espacio de trabajo, ya que de hecho se amplía, siendo no solo un espacio que nos permita desconectar y disfrutar de una copa de vino o de unas ricas tostadas al levantarnos, sino también colocar platos y sartenes que nos estorben tras el cocinado o como mesa de apoyo a la hora de preparar una ensalada o de hacer un postre. Por eso, en definitiva, podríamos decir que una barra de cocina puede servir para muchas cosas pero, principalmente, para separar y diferenciar zonas en la cocina (zona de trabajo y zona de relax), para optimizar el espacio y para disfrutar de otro lugar más de la casa de forma funcional y actual.
¿Qué debo tener en cuenta a la hora de poner una barra de cocina?
Aunque pueda parecer que instalar una barra de cocina es mucho más sencillo que buscar una mesa que encaje con todo el conjunto, también es necesario tener en cuenta algunos factores concretos para dar con el modelo adecuado según nuestras propias características, tanto físicas como sociales. Y de entre todos estos factores el más importante, sin duda, es averiguar cuál es la altura correcta que la barra de cocina debe tener para cumplir con su función de la mejor manera posible.
Una barra de cocina se puede instalar al mismo tiempo que el resto de muebles, lo que nos proporcionaría un alto nivel de armonía visual y dimensional muy atractivo, pero también se puede añadir como un elemento aparte que se haya comprado en otro momento, antes o después del amueblamiento general de la cocina. Aun así, en este último caso, también deberíamos tener muy en cuenta cuáles son las medidas ideales para dar con la altura correcta para una barra de cocina y evitar así errores desagradables como el de no poder incorporar después un taburete.
Y si aún sigues con dudas no te pierdas la información que te ofrecemos a continuación, con la cual podrás descubrir todos los tipos de barras de cocina que existen y la que más se ajuste a todas tus necesidades.
Tipos y estilos de barras de cocina y características principales
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Barras de cocina de estilo americano
Conocemos por “cocina americana” aquellas que suelen estar abiertas al salón o que disponen de una gran isla central, como consecuencia de un tamaño más que generoso de la cocina. Si es tu caso, y tienes la suerte de disponer de mucho espacio, una buena opción puede ser diseñar la isla en vista ya de la barra de cocina, para lo que muchas veces la isla se fabrica o diseña en dos alturas, con el objetivo de que la parte delantera de la misma sirva como barra y pueda incorporársele a la misma unos taburetes. Pero si has pensado en que querías una barra de cocina bastante tiempo después de tener el resto de muebles, no te preocupes, porque habiendo el espacio suficiente para moverse y circular siempre podrás adecuar la isla para esta doble función y añadir unos taburetes de un metro aproximado de alto al conjunto.
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Barras de cocina de estilo bar
Otra opción para cocinas espaciosas es incorporar un mueble (que suelen estar inspirados casi siempre en un estilo retro y clásico) que tenga ya incorporada la superficie de la barra y tal vez también una zona de bebidas y unos taburetes a juego. Este tipo de mueble se inspira en las películas y series de los años 60 y 70 generalmente, y suele estar más relacionado con la idea de utilizar la barra de la cocina para fiestas o para bebidas dirigidas a un público mayor de edad, y suele incluir una vitrina o estantería en la cual poder guardar las bebidas. Esta opción también requiere de bastante espacio libre en la cocina, y suele ser más típica en pisos de soltero o pisos juveniles que en un ambiente más cotidiano y familiar.
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Barras de cocina adheridas a la pared
Este tipo de barra es el más recomendado para aquellas cocinas que sean pequeñas o que no dispongan de demasiado espacio libre. Sin embargo, como disponer de poco espacio no quiere decir que se renuncie a tener cosas tan útiles como un lugar en el que poder improvisar o desconectar con un café y un portátil, el incorporar barras de cocina pequeñas es perfectamente posible hoy en día. Mira muy bien si esa pared libre de la que dispones tiene también muebles, lo que permitiría incorporar la barra a continuación de ellos o entre ellos, según sea el caso. Así mismo, la opción de que la barra sea abatible puede ser también una muy buena idea, ya que de esta forma no será necesario sacrificar centímetros a la estructura y superficie de la misma. Pero no olvides medir muy bien la altura, conforme a factores como tu estatura o la medida de los taburetes que desees incorporar al conjunto.
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Barras de cocina adheridas a un mueble
Este tipo de barras de cocina se conocen también con el nombre de barras de continuación, y son frecuentes también en espacios reducidos. Como veíamos en el caso anterior, si el espacio del que disponemos no está vacío por completo, sino que ya tiene algún otro mueble incorporado, una posible solución puede ser el añadir la barra a continuación. Si vas a optar por esta opción recuerda tomar muy bien la medida del mueble que tomes como punto de partida, para que a la hora de buscar o de encargar la barra no sobresalga nunca sobre él, lo que destrozaría la armonía y la funcionalidad de la cocina.
Si por el contrario se dispone de espacio suficiente, puedes utilizar también algún otro mueble (como por ejemplo una isla central) como punto de partida de tu barra, pero aprovechando para ser más originales e incorporando la barra en forma de L, en lugar de en forma lineal.