Los diseños arquitectónicos destacan por tener características específicas que buscan generar un sinfín de sensaciones muy legadas al confort y a la tranquilidad. Estos detalles son perceptibles para todas las personas, y son los que marcan la diferencia entre un espacio bien planificado y pensado para transmitir algo en específico, y otro concebido sin ninguna planificación ni concepto arquitectónico previo.
Los materiales junto con sus acabados, texturas y tonalidades; la distribución de los espacios, flujos de circulación y permanencia que van más allá de lo tradicional y por supuesto, la iluminación artificial son quizás los elementos que más resaltan a simple vista en un espacio arquitectónico. Pero, justamente es este último elemento el que principalmente puede afectar la decoración, realzando, atenuando o variando los colores, las formas, las texturas y el espacio.
Es por ello que en la actualidad, dentro de la arquitectura y la decoración de interiores, se crean diferentes ambientes en un espacio a través del uso de varias técnicas y tendencias, y es acá donde destaca la iluminación arquitectónica ya ella se consiguen crear ambientes y separar espacios a través del manejo de la luz, desplazando las barreras arquitectónicas tradicionales.
Se basa en la luminotecnia, que trata el estudio y la producción de la iluminación específica para cada ambiente y junto con ello, su aplicación dentro del mismo, para así determinar su control y facilitar la practicidad y el confort. Es importante conocer las distintas alternativas de iluminación artificial y sus principales características para determinar cuáles son la que más se adaptan a cada proyecto. Es aquí donde entran 3 factores fundamentales: Las fuentes de luz, los tipos de iluminación, y los sistemas de iluminación.
Las fuentes de luz eléctrica varían y otorgan diversas tonalidades e influye directamente en la manera de percibir los colores. Estas se dividen en incandescentes de filamento, incandescentes halógenas, de descarga (fluorescentes) y las LED. Son estas últimas las más usadas en la actualidad por su facilidad de instalación y su bajo consumo energético, no sacrificando calidad.
Por su parte, dentro de la definición de tipos de iluminación, existe la subdivisión aplicable para cada ambiente en específico: iluminación general para zonas de permanencia ó reunión, destacando tonos cálidos. La iluminación puntual o focal, direccionada hacia un ambiente de trabajo y por lo general en tonalidades más frías; y la iluminación de ambiente o de exposición con tonos variables donde se busca resaltar un objeto o elemento específico
Por último pero no menos importante son cinco los sistemas para iluminar una habitación, que van definidos en base a la cantidad de luz directa, indirecta, difusa o una combinación de éstas que llega al ambiente o área en particular.
Un buen planteamiento de iluminación arquitectónico permite conseguir sensaciones estéticamente agradables en pro del confort, gracias a diversas intensidades y tonalidades lumínicas; Crea, delimita y resalta espacios y ambientes, a través del uso de las sombras, los recorridos y las dimensiones de las fuentes de luz. También optimiza el gasto y el consumo energético, mediante el estudio de las actividades cotidianas del usuario y una propuesta óptima en cuanto a sostenibilidad, se traduce en ahorro e incremento del valor del inmueble.