Trabaja con comodidad. Al diseñar la distribución de la cocina, pon la comodidad en el punto de mira y diseña un triángulo de trabajo funcional que facilite los movimientos entre las tres zonas de uso: preparación, cocción y almacenaje.
Ajústate al presupuesto. En el fragor de la reforma, superar la cifra asignada a la misma es algo más habitual de lo deseable. Evítalo solicitando dos o tres presupuestos desglosados por partidas de materiales y mano de obra con sus correspondientes calidades y precios por escrito.
Justo a tiempo. La reforma integral de la cocina requiere entre 10 y 15 días útiles. Para evitar que se alarguen los plazos, contrata una empresa de confianza y con referencias y asegúrate de que todos los materiales y el equipamiento están disponibles antes de iniciarse las obras.
Invierte en tranquilidad. Renovar las instalaciones puede suponer un 20% del presupuesto de reforma de la cocina, pero tener que reparar los daños producidos por unas obsoletas sin duda resultará mucho más caro y molesto, ya que puedes no disponer de las mismas baldosas cerámicas para sustituirlas o tener que desmontar fregadero, encimera, muebles... Aprovecha las obras para garantizar muchos años de cocina sin problemas.
Hágase la luz. No esperes hasta tenerlo todo montado para pensar en la mejor iluminación para tu cocina. Las tomas de corriente y los puntos de luz deben planificarse antes de que entren los albañiles, ya que todas las conexiones deben quedar ocultas bajo el falso techo y los revestimientos de las paredes.
Invierte en accesorios. Reserva una parte del presupuesto destinado a mobiliario a un buen equipamiento interior. Esos armarios que tanto nos gustaron al comprarlos pueden llegar a ser nuestra pesadilla particular si somos incapaces de encontrar nada en ellos a la primera. Vale la pena elegir un modelo más económico e invertir la diferencia en baldas y bandejas extraíbles, cajones de extracción total y accesorios para aprovechar las esquinas.
Con vistas Situar la zona de aguas frente a la ventana nunca había sido tan fácil como ahora, gracias a la popularización de griferías plegables y escamoteables. No obstante, ten en cuenta que son algo más costosas que las convencionales, y valora si vale la pena la inversión.
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